Si se duda sobre la existencia del paraíso, al menos sabemos que la Polinesia Francesa existe. Por tal motivo, hay que intentar visitarla aunque sea una vez en la vida, con la certeza de que es posible regresar a casa. Aunque nada lo garantiza. Hay quienes no vuelven, nosotros nos lo estamos pensando, ja,ja... Tal vez porque uno se cautiva por la sonrisa cálida de los nativos, por el ofrecimiento espontáneo de un collar de flores o por un gesto amistoso que se escapa casi imperceptible. Los célebres artistas franceses Gauguin, Bougainville y Loti, deslumbrados por su belleza, la adoptaron como lugar de residencia. Nadie como Gauguin retrató el espíritu de los isleños, en especial a sus mujeres, y a los vivaces matices de los paisajes. Mangos, papayas, cocos(muchísimos cocos...), bananas, maracuya; ¡¡fruta barata, Oiga...!, y tan barata que cae de los árboles bien madura... Tras el desayuno, nos vamos a nadar en las dos piraguas. Las mejores aguas cristalinas se encuentran a unos  200 metros de la orilla, así que ahí vamos... Hoy el día se despertó con un poco de viento, hemos tenido que remar duro... Nos volvemos a despedir con otra increíble puesta de sol desde "nuestra playa...". Hasta mañana. PD1: Titi no se me olvida tu mail, en unos días tendrás información, monográfico sobre la población autóctona de la isla... PD2: Felicidades a tod@s por el nuevo proyecto de Mundo Cooperante de este verano en Calcuta. Carolo seguimos tu blog cada día. PD3: Mañana aparecerán fotos con el nuevo "look" de Marco. PD4: Bartolo, ya pronto empezarás a trabajar, no lo dudes... y paciencia. PD5: Besos a todos. Marco y Piedad.